Saturday, January 29, 2011

Pasión vs. Amor


Febrero, el mes del amor, o de la amistad, como lo llaman l@s que están pelando, nos ofrece el momento propicio para revisar nuestro concepto sobre este sentimiento.
Observemos por un momento el mundo con la mayor objetividad que nos sea posible. Los datos no se equivocan, no somos un mundo regido por el amor. Son más las ocasiones en las que la diplomacia internacional “advierte” y media en conflictos que las que celebran las paces entre naciones, son más las veces que en el día mentas una madre, que las que accionas desde el afecto genuino, y no te hace una persona amorosa el twittear frívolamente para que otros se animen a colaborar con esta o aquella causa mientras tú te retocas las mechas. No es amor (si acaso el miedo) lo que nos gobierna aunque, entrenados como estamos para el autoengaño, así lo pretendamos.
Una de las más perversas distorsiones del amor es esa cosa tan sobrevalorada que llaman pasión.
La pasión es sin duda una fuerza creativa, un placer extraordinario, un motor de muchas cosas, pero no es en sí misma sinónimo del amor. Suele acompañar los enamoramientos y aderezar el sexo de los primeros 18 meses de una relación, pero nunca puede ser la columna vertebral de una pareja porque la característica principal de toda pasión es que se acaba. De modo que si lo que quieres para celebrar el día de los enamorados es una noche de pasión, debes tener claro que eso es posible sólo si apenas conoces a tu pareja (o si te contratas a un ex mister que te haga el trabajo) y basas la aventura en la idea que sobre esa persona te has fabricado en tu mente, nunca en sus cualidades reales. Puedes lograrlo con éxito sólo si entiendes bien que es algo que se extingue.
Si pretendes tener con tu pareja de años una “apasionada” celebración del amor, tendrás que basarla en la pasión que ambos comparten por algo externo (no el uno por el otro, que esa ya no está) o hacer lo que te resulta tan sencillo, engañarte y fingirte que tu tipo te ama con loca pasión aún después de tantos años.
No pretendo con esto quitarte la ilusión del día de los enamorados, todo lo contrario, mi intención es animarte a celebrar el amor analizando su significado real.
Fíjate, basta con recordarte que el (mal) padre de tus hijos, ese al que hoy odias a muerte, fue en un tiempo tu apasionado amante. Aquel peoresnada que tanto daño te hizo fue quizás de tus más grandes pasiones. Y esos celos enfermos que no te dejan vivir, por ejemplo, son también producto de esa loca pasión que este mes invocas con tanto ahínco, nunca del amor. Así que ten cuidado con lo que deseas.
¿Qué tal si en lugar de tanto ímpetu insensato, te inclinas mejor por celebrar el amor que te profesa el que te conoce profundamente y aún así, por encima de tus miles de defectos, o incluso gracias a ellos, te ama tranquilamente y sin aspavientos?
Por último, sería bueno, constructivo y hasta terapéutico que asumiéramos de una vez por todas que la cosa debe empezar por uno mismo. No podemos amar a nadie si nos odiamos (y mira que los venezolanos nos odiamos).
Revisemos nuestros afectos y sobre todo nuestras acciones, es fácil ver si de verdad practicamos el amor.
No te asustes, si no quieres hacerte el autoexamen, siempre puedes inventarte una pasión. Eso sí, hazlo a conciencia de que no tiene futuro.

10 comments:

  1. PD: Esta es la carta del editor de Sexo Sentido de Feberero, "el mes del amor". No te pierdas el resto de la revista, ¡ya en quioscos!

    ReplyDelete
  2. Luis: no es que me crea tu mejor seguidora… pero… jejejeje…por un momento me pregunte al leer este escrito en ¿cuál de los libros esta? Que no me suena por ningún lado! (sé que escribías para una revista la cual semana a semana leía) y si en la PD lo confirme.

    PD: Hay muchas y muchos que si sabemos muy bien tu nombre.

    ReplyDelete
  3. Me encanta todo lo que escribes soy tu fans numero uno =)

    ReplyDelete
  4. necesito comunicarme para una contratación...

    0414-1890571

    laramariacarolina@gmail.com

    ReplyDelete
  5. No sabes, lo que me has enseñado a través de los años con tus libros y ahora con tu blog...
    Eres genial.... Y sabes que lo acepto soy una mujer arrecha que quiero todo lo demás...
    Gracias!!!

    ReplyDelete
  6. Aunque soy de l@s que están pelando, como dices tú, para este mes, comparto lo que escribes en este post . . . Como siempre optamos por lo más fácil, compramos más la idea de la pasión que del amor, que es una aventura muy distinta . . . hace poco terminé de leer un libro de un escritor español que se llama Antonio Gala, llamado "La pasión turca", totalmente pertinente a este tema, me permito recomendártelo, porque me conmovió mucho ver a lo que podemos llegar cuando, por una u otra razón, nos odiamos a nosotros mismos y ponemos en alguien o algo externos el sentido de nuestra existencia
    Gracias por escribir lo que se te viene en gana, aunque no es tu móvil principal, te participo que nutres el autoconocimiento de mucha gente, hombres y mujeres

    ReplyDelete
  7. Conozco el libro (y la película basada en él), Frida. Gracias por la recomendación. Aquí te mando algo que escribí inspirado en esa historia.

    La Pasión Turca

    Es el título de una novela de Antonio Gala y la película homónima de Vicente Aranda protagonizada por Ana Belén, en la que una mujer casada (felizmente) visita Turquía y descubre una pasión que le cambia la vida.
    Para celebrar una docena de años de casados, y después de ahorrar considerablemente durante largo tiempo, mi mujer y yo decidimos visitar Estambul. Durante el largo trayecto en avión me dio por pensar en lo distinto que sería este viaje si, por ejemplo, hubiéramos decidido hacerlo, no para disfrutar del momento juntos, sino para revivir con la cosa turca la llama de la pasión en nuestro matrimonio.
    Después de todo, si Ana Belén llega tan lejos y consigue entre especias egipcias a un turco que le da por donde es y se vuelve loca y revisa su existencia, lo menos que podría suceder si usted decide invertir el realero y darse el gusto, una vez mitigado el jet lag, tiene que ser algo análogamente trascendental. De modo que a los inclinados a las superproducciones externas en el ánimo de lograr cosas como la ansiada recombustión de la famosa llama pasional, el largo viaje no es, en principio, un despropósito.
    Y es la ciudad, en efecto, impresionante. Usted llega y visita lo que tiene que visitar, va a los sitios que le recomienda la guía y hace su intento turístico clásico por disfrutar lo exótico de un sitio al que es muy poco probable que regrese. Intenta dormirse a las tres de la tarde (hora de Caracas) y desayunar a las tres de la mañana, y, por supuesto, hace el amor, si por encima del desajuste del cuerpo logra usted líbido suficiente y su marido una erección. Cosa que deberá suceder, pues no gastó usted tanto dinero y viajó al extremo opuesto del globo en vano.
    Al cabo de un par de días, si comparte usted mi cinismo o si es verdaderamente honesto, se dará cuenta de una interesante verdad: los viajes son como la vida misma. Usted desea esto o aquello tanto como, por ejemplo, ir a Turquía, y de pronto se da cuenta de que lo único que tiene que hacer es trabajar (lo que siempre ha hecho), ahorrar (que lo hace para cualquier otra cosa) y poner su deseo entre sus prioridades. Al poco tiempo se encuentra usted disfrutando del sitio o del hecho que tanto anheló. Es así de simple. El problema no es que se cumpla la misión o el deseo, el asunto es que, una vez realizado, no sea esto lo que usted quería o no le proporcione la felicidad que usted esperaba. Es cierto, el dinero que soñó tener no le dará la felicidad y la ciudad que ha mitificado en su mente a veces huele a mierda. Tal vez por esto muchos deciden dejar el deseo sin cumplir y el viaje en proyecto. Tal vez por esto los más sabios van por la vida sin fijar demasiada expectativa en el logro y disfrutando del sitio como viene y no como lo imaginamos venir.
    El caso es que si hubiéramos decidido, Mimi y yo, basar el futuro de nuestra relación en un viaje, por demás romántico, a la exótica ciudad de Estambul, hubiéramos fracasado rotundamente. Por lo que, si entre sus planes está rescatar la pasión de su matrimonio en algo tan externo y agotador como una visita a los exóticos confines del planeta, desista.
    Ahora, si es usted como nosotros, y lo que le gusta es disfrutar del merecido momento y gastarse con placer los reales que ha ahorrado a estos fines, no se pierda la aventura de nadar a cero grados en la piscina climatizada del palacio de un Sultán convertido en hotel, contemplando Asia del otro lado del Bósforo con los cánticos islámicos de las mezquitas de fondo. No será suficiente para salvar matrimonios, pero quién le puede decir ahora que usted no ha vivido una Pasión Turca.

    ReplyDelete
  8. Fridah: Ese es nuestros Luis, un hombre sinceramente sensible, que nos da tantas alegrias y nos nutre cada dia!

    ReplyDelete
  9. Yo no diría sensible, sino genuinamente sincero.

    ReplyDelete
  10. Ufff, Luis, y yo creyendo que le voy a enseñar a mi mamá a hacer hijos, como dicen en mi pueblo, jajajajajajaja
    Bravo, de nuevo, gracias por recordarme estas líneas tuyas que ya había disfrutado cuando las publicaste en EME, yo las recordaba vagamente mientras leía el libro, y me sirvieron para cerrar con broche de oro ese ciclo de lectura, porque el libro me impresionó mucho, y quería que esa conmoción me sirviera para algo más, me ayudaste con eso . . . Voy a buscar la película, Ana Belén es un monstruo actuando
    Un abrazo y gracias por este blog!

    ReplyDelete