Tuesday, January 18, 2011

Círculos Pornográficos



Están los bolivarianos, los de las mujeres por la libertad, los de vecinos y ahora el de los artistas por los derechos humanos, los artistas por los derechos de los animales, los artistas por el medio ambiente (nunca, eso sí, el de los artistas por sus propios derechos, pues sería un exhabrupto). Luchan por su justa causa y en servicio –según cada uno– del país. Es por eso que hemos decidido conformar los círculos pornográficos. No se alarme, si bien a los anteriores les da por “encontrarse” en esta o aquella esquina y violentarse y decirse cosas, nosotros no promovemos “encuentros” ni sexuales, como sería lógico pensar, ni de otro tipo, todo lo contrario. Está visto que nunca se valora el sexo más que en las sociedades pacatas e hipócritas como la nuestra, formada, por ejemplo, por usted, que carece de vida sexual satisfactoria y de posibilidad alguna de tenerla. Sociedades ignorantes que tienden al fanatismo, sea por la causa que sea, y que además siempre resultan las de mayor “moral” y más brillantes “luces”. Eso nos enorgullece. Contar con compatriotas como usted, de gran respetabilidad e incapaces de atentar contra las buenas costumbres. Nosotros, un grupo de personajes públicos, medianamente públicos, casi famosos, medio célebres y afines, que hemos gozado de nuestros respectivos 15 minutos de gloria y que contamos además con una reputación dudosa –usted sabe, eso se ve mucho en nuestro medio–, hemos decidido, dado lo reprochable de nuestra conducta y preocupados por servir también a la patria, formar esta asociación sin fines de lucro, cuyo principal objetivo es el de llevarle hasta su casa, hasta la privacidad de su cama, esa vida, esa mismita vida sexual que usted nunca va a ser capaz de tener por su cuenta. Para ello hemos producido, con preciosa fotografía, una colección de porno videos, en los que podrá vernos hacer prácticamente de todo. Sí, todo eso que usted se está imaginando, todo, absolutamente. Como usted es como es, tan de su casa, tan de buena familia, tan que no se atreve, le garantizamos lo siguiente: en un abrir y cerrar de ojos usted, solito en su cama como de costumbre, quedará totalmente satisfecho con sólo apretar play; una vez terminado todo lo que usted sabe, así, rapidito, sin complicación, usted retornará a su rutinita, relajado, con esa sensación tan suya de sentirse libre de pecado, y podrá seguir arrojando sus piedras contra nosotros, que no se las devolveremos (como otros); le eliminaremos la histeria esa que produce la falta de sexo, la molestia de mostrarle su penecito a terceros, el esperar la llamada del día siguiente o el tenerle que pagar a la señora que le hace el favorcito, y, lo mejor, todo eso en la tranquilidad de su hogar, sin riesgo de que alguien lo vea en esas cosas y luego comente, usted sabe. Y como en los círculos pornográficos practicamos la no violencia, podrá usted dedicarse a lo que más le gusta: hablar mal de nosotros, llamarnos pervertidos y todo lo que a usted le provoque. Vamos, desahóguese. Por nuestra parte, continuaremos viviendo (muy bien, por cierto, con el dinero que usted gasta en nosotros), con ese orgullo de estar prestándole, a gente tan digna como usted, nuestro servicio y, sobre todo, con la alegría que nos da evitarle la molesta y ardua tarea de tener que vivir su propia vida.

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