Saturday, February 12, 2011

Guerreras


Dos clases de guerreras me he topado en la vida, las esclavas de lo que dicen y las dueñas de lo que callan.
La esclava de lo que dice tiene el poder de la razón, parece saber lo que quiere y va por ello enarbolando dos banderas, la de la justicia y la de la verdad.
La dueña de lo que calla tiene el poder de la sensatez, parece saber lo que quiere y va por ello enarbolando dos banderas, la de la dignidad y la de lo que es correcto.
La esclava de lo que dice es temperamental, apasionada, a veces impulsiva, comete muchos errores, regularmente se da cuenta de ellos y los corrige públicamente, es de las que pide excusas y de las que opina sin temor a herir susceptibilidades; cree que la evolución está en el cambio, en el riesgo; valora por sobre todas las cosas la honestidad y la valentía, a veces no se peina y lo que se ve de ella suele ser lo que hay, lo que a cualquiera que observe bien resultará abrumador. Desafortunadamente para ella, su desfachatez ofende a la mayoría.
La dueña de lo que calla es racional, inteligente, comedida, piensa varias veces antes de actuar; si yerra, casi nadie lo nota, y si alguien se da cuenta, ella se encarga de convencerlo con sus virtudes, que no son pocas, hasta minimizar el desperfecto; busca siempre lo estable, lo conocido, lo acostumbrado y predecible; cree que la evolución radica en el éxito social, en la adaptación a la norma y en dominio perfecto del protocolo; valora por sobre todas las cosas los buenos modales y la reputación; va siempre bien vestida y maquillada, y lo que se ve de ella es admirable y casi perfecto, lo que a cualquiera que observe bien resultará sospechoso. Afortunadamente para ella, muy pocos se fijan en los detalles.
La esclava de lo que dice tiene éxito por su carisma, por su perseverancia, su irreverencia y su talento; muchas mujeres jóvenes la admiran y desean ser secretamente como ella, porque es ambiciosa y asertiva, no necesita gustarle a todo el mundo y tiene la certeza de que por cada enemigo desenmascarado aparece un amigo incondicional.
La dueña de lo que calla tiene éxito por su capacidad para seguir la corriente del que ostenta el poder, por ser hábil, informada, buena conversando y mejor aún escuchando; muchas mujeres jóvenes la admiran y desean ser como ella, pues es igualmente ambiciosa y asertiva aunque no lo demuestre, sabe propinar elogios en los momentos precisos y tiene la certeza de que podrá convencer a cualquiera de que es su gran amiga aunque secretamente los desprecie.
La esclava de lo que dice ha tenido varias relaciones, se ha divorciado, probablemente de manera escandalosa, ha sido blanco de duras críticas y le ha ofrecido una coñaza a más de uno, lo que la hace ver como una diva victimaria; es probable que sus fracasos hayan sido magnificados por el público por ser lo suficientemente ingenua como para haberlos compartido y divulgado con detalles, aunque lo haya hecho buscando más consuelo que piedad.
La dueña de lo que calla ha tenido muy pocas relaciones, si acaso una o dos parejas conocidas públicamente, aunque sin que nadie se entere ha tenido historias con muchos más (o ha deseado tenerlas); en privado, con sus más intimas amigas, ha soltado una que otra crítica incidental, aunque muy hiriente y premeditada hasta el detalle; si, llegado el momento, a sido blanco de insultos o agresiones, la dueña sabe, por supuesto, callar educadamente inspirando solidaridad y piedad de su público, lo que la suele convertir en una señora digna y en una muy correcta víctima.
La esclava de lo que dice es admirada por los hombre de igual a igual, de guerrero a guerrera, de traidor a traidora o de hombre de valía a mujer más que valiosa.
La dueña de lo que calla es admirada por los hombres con condescendencia pues ella ha sabido provocarles la ilusión de que ellos son los poderosos, los genios, los dueños, aunque sea mentira y ellos lo sepan.
La esclava de lo que dice admira a poquísimos hombres, pues poquísimos son los que sobreviven a su confrontación.
La dueña de lo que calla no admira a ninguno, pues ninguno ha tenido el poder de ser inmune a su silencio.
Ni la esclava ni la dueña son del todo felices. La primera, porque nadie parece ser capaz de comprenderla. La segunda, porque nadie parece ser capaz de liberarla de su pesada máscara.
Si me preguntan, yo, que soy como soy, admiro profundamente a la esclava. La dueña me inspira más que nada miedo y compasión.
Usted, que es sin duda guerrera, escoja ahora muy bien su bando. 

8 comments:

  1. definitivamente la esclava..
    prefiero decir las cosas que quedarme con ellas.

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  2. Me he identificado con cada rasgo de la Esclava. Espero seguir siéndolo. Un beso grande, Luis. Te admiro. Eres de los poco que admiro

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  3. Definitvamente esclava y feliz de serlo...

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  4. Yo creo que soy la dueña, pero en algunos casos la esclava...

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  5. Soy esclava de lo que digo... Y estamos de acuerdo al decir q no somos comprendidas y cuando sucede q siempre sucede me digo... No es culpa de ellos... No entienden... No estan tan evolucionados...nose si x arrogancia o x darme yo misma una palmadita en la espalda... Jajaja ves q soy una esclava de lo que digo... Retomado el tema la esclava pasar por imprudente... Hasta x loca... Lei una vez q los locos y los ninos dejan de persistir en su deseo solo hasta q este se haya realizado... Saludos... Vetzi

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  6. Parece que me hubieses descrito cuando hablabas de la esclava. Yuri.

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  7. Mi Querido Luis.. tu que nos conoces tan bien o describes (por lo menos eso nos gusta pensar), dame una señal de porq me siento como si viviera en dos aguas..? acaso puedo estar "con dios y con el diablo" como dicen por ahi.. acaso puedo ser dueña de mi esclavitud..?
    Soy esclava y dueña de lo que digo, las cosas son como son, y cuando las digo suelo pensarlo antes y aunq se q seré criticada por mi crudeza, en ocasiones me llaman desalmada sigo adelante con lo que para mi es la realidad sin maquillarla.. para "la sociedad" soy esclava de lo que digo.. una mujer q dice lo que piensa y no se detiene a endulzarle a los demás la vida.. pero frente a un espejo me veo a mi misma como "la Dueña"... Me identifique tanto con tu frase: "nadie parece ser capaz de liberarla de su pesada máscara".. O es que uso esa mascara de Esclava para que no me liberen.

    Besos y que gran placer leerte..
    nafaveru

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  8. Luis este articulo me inspira!! Prefiero ser "esa perra que no cae bien a todos dueña de lo que dice, con los ovarios bien puestos y los defectos y las virtudes bien marcadas" a ser la dueña de lo que callo siempre complaciente y digna

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